ARLINGTON, Virginia (22 de julio de 2025) – Los pueblos afrodescendientes en cuatro países
amazónicos muestran logros notables en administración ambiental, según una nueva investigación de Conservación Internacional, publicada hoy en Nature Communications Earth and Environment. El estudio evaluó tierras de afrodescendientes en Brasil, Colombia, Ecuador y Surinam, encontrando tasas significativamente más bajas de deforestación y mayores cantidades tanto de biodiversidad como de carbono irrecuperable (el carbono que, si se pierde debido a la conversión del ecosistema, no podría volver a capturarse durante al menos 30 años).
El artículo es la primera investigación que combina datos estadísticos, espaciales e históricos para cuantificar el papel crítico de los pueblos afrodescendientes en la protección de la naturaleza. Se publica tras el reconocimiento formal del año pasado, por parte del Convenio sobre la Diversidad Biológica en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), sobre su rol vital en la biodiversidad y en las metas de conservación global. Llega además mientras Brasil se prepara para albergar la la Cumbre Climática de la ONU (COP30), poniendo el foco internacional en el papel de las Américas frente al cambio climático.
“Los pueblos afrodescendientes de las Américas han servido durante mucho tiempo como administradores ambientales sin reconocimiento ni compensación, inclusive, la mayoría de sus territorios ni siquiera están formalmente reconocidos,” dijo Martha Cecilia Rosero Peña, Ph.D., directora de Inclusión Social en Conservaciónn Internacional. “Sin embargo, la evidencia es indiscutible; el mundo tiene mucho que aprender de sus prácticas de gestión territorial.”
Hallazgos clave
El estudio se centró específicamente en tierras de afrodescendientes reconocidas en Brasil, Colombia, Ecuador y Surinam. Los pueblos afrodescendientes en estos países tienen derechos de gestión sobre 9.9 millones de hectáreas de tierra (1% del total de 1 mil millones de hectáreas de superficie terrestre para los cuatro países del estudio).
Las tierras de afrodescendientes superaron significativamente el promedio para estos países en tres indicadores destacados de valor para la conservación:
• Las tasas de deforestación en tierras de afrodescendientes fueron…
o 29% más bajas cuando las tierras estaban dentro de Áreas Protegidas
o 36% más bajas cuando las tierras estaban fuera de Áreas Protegidas
o 55% más bajas cuando las tierras estaban en el borde de un Área Protegida
• Más de la mitad (56%) de las tierras afrodescendientes se encuentran dentro del 5% de áreas con mayor biodiversidad a nivel global, incluyendo el 99% de todas las tierras afrodescendientes en Ecuador.
• Estas tierras contienen altas densidades de carbono irrecuperable – más de 486 millones de toneladas en total – su protección continua bajo la gestión de la comunidad afrodescendiente es esencial para prevenir los peores efectos del cambio climático.
Los hallazgos del estudio resaltan una brecha crítica. Aunque casi una de cada cuatro personas en América Latina se identifica como afrodescendiente, los pueblos afrodescendientes están en gran medida subrepresentados en foros ambientales globales, incluidas las cumbres de clima y biodiversidad de la ONU, donde se definen políticas, financiamiento y decisiones de liderazgo.
“Durante siglos, las comunidades afrodescendientes han gestionado paisajes que sostienen tanto a las personas como a la naturaleza, sin embargo, sus contribuciones siguen siendo en gran parte
invisibles,” dijo Sushma Shretha, Ph.D., directora de Ciencia Indígena, Investigación y Conocimiento en Conservation International y autora principal del artículo. “Esta investigación deja claro que su administración ambiental no es solo histórica. Está en curso y debe ser reconocida, apoyada y tomada como ejemplo.”
Hugo Jabini, líder Maroon de derechos humanos y ambiente de la tribu afrodescendiente Saamaka de Surinam, dijo: “Este estudio es muy importante para nosotros, el pueblo Saamaka, ya que destaca por primera vez cómo, a través de nuestra profunda conexión cultural y espiritual con la tierra, hemos mantenido áreas forestales vitales. Esperamos que esto genere conciencia, para que [los líderes políticos] ya no nos vean como meros demandantes de territorios.”
“La participación en foros internacionales como la COP30 puede mejorar significativamente la visibilidad, representación e influencia del liderazgo afrodescendiente en la política ambiental global, contribuyendo a una gobernanza más equitativa y ambiental,” agregó Jabini.
Legado de conservación
Los pueblos afrodescendientes —y las prácticas sostenibles de gestión territorial que aún aplican— tienen sus raíces en la ingeniosidad y experiencia de sus antepasados, llevados por la fuerza desde África durante el comercio transatlántico de esclavos. Algunos escaparon antes de ser esclavizados, mientras que otros huyeron de la esclavitud y fundaron asentamientos en regiones remotas de las Américas. En bosques densos, humedales y manglares, encontraron refugio y, a lo largo de generaciones, desarrollaron una “agricultura de escape” – prácticas innovadoras que sostenían comunidades mientras permanecían ocultas de las fuerzas coloniales.
“Es importante señalar que aquellos que permanecieron en plantaciones también emprendieron estas prácticas innovadoras, proporcionando alimento para los asentamientos,” dijo Rosero. Muchas de estas prácticas, como los “bosques alimentarios,” combinaron conocimientos africanos tradicionales con nuevos entornos y establecieron ecosistemas resilientes que sostuvieron a estas comunidades y se convirtieron en bastiones críticos para la biodiversidad y el almacenamiento de carbono.
El estudio hace un llamado a adoptar medidas similares a las que aún son necesarias para los
Pueblos Indígenas y comunidades locales, cuyos aportes a la conservación y derechos sobre la
tierra siguen sin ser plenamente reconocidos, pese a la sólida evidencia científica existente:
1. Reconocimiento legal de los territorios afrodescendientes para asegurar su protección continua;
2. Mayor investigación y financiamiento para apoyar a los afrodescendientes y su trabajo de
conservación; y
3. Integración de las prácticas sostenibles de gestión territorial utilizadas por los pueblos
afrodescendientes en las políticas climáticas y de biodiversidad globales.
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