Vida Manglar, el primer programa de carbono azul en el Caribe, trabaja por obtener su segunda verificación en estándares de calidad

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Vida Manglar, el primer programa de Carbono Azul certificado por Verra, recibió entre el 6 y 9 de mayo una visita de auditoría internacional para la verificación del II Reporte de Monitoreo 2019- 2023. Este proceso, que estuvo liderado por la firma estadounidense Aster Global, se constituye como un hito clave en la validación de los logros obtenidos por esta iniciativa colectiva, durante el referido periodo.

La visita, además, le permite al programa dar un paso significativo en el cumplimiento y mantenimiento de los estándares de calidad VCS (Verified Carbon Standard) y CCB (Climate, Community & Biodiversity), que fueron otorgados por Verra en 2021; y con ello, gestionar nuevos créditos de carbono, fundamentales para la sostenibilidad financiera del programa. 
 

“Llevábamos más de tres meses esperando la visita de campo de la empresa auditora Aster Global, que está haciendo la verificación del II Reporte de Monitoreo de nuestro programa Vida Manglar. Es muy importante para nosotros esta visita porque marca el comienzo de un largo proceso que tendremos en este año 2025, para lograr que Verra nos verifique nuevas unidades de créditos de carbono, y estos puedan ser comercializados en el mercado voluntario internacional de carbono, y tengamos recursos para mantener las líneas estratégicas de Vida Manglar”, precisó María Claudia Díazgranados, directora senior del programa Blue Carbon de Conservación Internacional. 
 

Desarrollo de la agenda de la visita de auditoría 
 

La agenda, que se desarrolló de forma exitosa, inició el martes 6 de mayo en la ciudad de Montería, en las instalaciones de la Corporación Autónoma Regional de los Valles del Sinú y del San Jorge (CVS). En su primer día, el itinerario incluyó un encuentro entre los auditores de la firma Aster Global y el director de la autoridad ambiental, Orlando Medina Marsiglia, quien tuvo la oportunidad de exponer algunos de los impactos que ha tenido el programa en la conservación de los ecosistemas de manglar que conforman el Distrito Regional de Manejo Integrado de Cispatá, La Balsa y Tinajones, en el departamento de Córdoba. 

“Queremos seguir conservando el ecosistema de manglar, sus caños y su biodiversidad, pero, adicionalmente, las comunidades podrán seguirse viendo beneficiadas con el aprovechamiento sostenible de este ecosistema”, dijo el ingeniero Orlando Medina. 

 

En esta misma jornada, los auditores se desplazaron hasta la Estación Piscícola de la CVS en el municipio de Lorica, donde se realizó una presentación sobre los componentes y alcances de Vida Manglar, por parte de los representantes de los socios aliados del programa, así como también, una muestra del ‘Teatrino de Vida Manglar’, que fue la estrategia que empleó la Fundación Omacha para socializar de forma didáctica los resultados del II Reporte de Monitoreo 2019-2023, con las comunidades locales. Una vez finalizó esta demostración, los auditores tuvieron la oportunidad de conocer el proceso de rehabilitación de un manatí, una de las especies priorizadas por esta iniciativa para su conservación. 
 

“Este programa es un símbolo, y es un ícono a nivel global, porque nace de las comunidades que tenemos acá en el Caribe colombiano, en departamento de Córdoba, y que ha mostrado ser un ejemplo en la conservación del planeta, y en la conservación del manglar, del ecosistema en sí, y de las especies que habitan en él”, agregó Díazgranados. 
 

Para este primer día, los delegados de la firma auditora también conocieron el trabajo de Asocaiman, una asociación conformada por antiguos cazadores del municipio de San Antero que, hoy en día, son referentes por su liderazgo en la implementación de prácticas orientadas a la protección del caimán aguja. Además de dialogar con los miembros de este grupo, los auditores observaron crías recién nacidas en las incubadoras instaladas por los hoy conservacionistas, como parte de su protocolo de manejo y cuidado de la especie. La primera jornada concluyó con la liberación de dos ejemplares y el desarrollo de las labores de monitoreo nocturno, que permitieron la identificación de 30 individuos en su hábitat natural. 
 

“Una de las sorpresas que se han llevado los auditores es que salimos a hacer un monitoreo, donde ‘foqueamos’ (técnica de observación nocturna que consiste en iluminar con una linterna o foco, diferentes zonas del ecosistema, para detectar a los animales mediante el brillo de sus ojos) varios sitios de la Bahía de Cispatá, y vieron cualquier cantidad de caimanes. Eso es algo que a nosotros nos enorgullece, porque ahí ellos se convencen que Vida Manglar y Asocaiman están cumpliendo con su deber”, expresó con alegría Betsabeth López, miembro de esta asociación. 

 

El segundo día se enfocó en los componentes de clima y comunidad, puesto que se llevó a cabo el recorrido por una de las parcelas permanentes de monitoreo, donde los auditores observaron las labores técnicas que se realizan para la medición de estimaciones de carbono en la biomasa y necromasa. Con apoyo del equipo del Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras José Benito Vives de Andréis (Invemar), y miembros de las asociaciones de mangleros, se replicó el protocolo que se sigue en el programa Vida Manglar para este tipo de muestreos. 
 

Simultáneamente, se desarrollaron entrevistas con las comunidades locales enfocadas en el aprovechamiento sostenible del bosque de manglar y la apicultura. Para este fin, los auditores realizaron encuentros con varias de las asociaciones que participan del programa, para comprender su vinculación a partir de las líneas estratégicas relacionadas con la restauración y rehabilitación de áreas de manglar, y la implementación de proyectos productivos no forestales.

 

De acuerdo con Aníbal Noriega Oviedo, técnico forestal del Programa Vida Manglar, las comunidades son un pilar fundamental en todos los procesos de restauración de manglares, atribuyendo su rol al de verdaderos científicos comunitarios; por lo que considera que la impresión que se llevaron los auditores del territorio supera las expectativas. 

 

“Ellos -los mangleros- son unos científicos comunitarios que saben y conocen sobre el tema de restauración, para ellos no es novedoso este tema de auditoría, ya que han participado en varias auditorías de procesos de investigación que se han hecho con anterioridad. Para ellos es satisfactorio dar a conocer la forma en la que emplean esta metodología comunitaria y se han visibilizado, porque gracias a ese trabajo que realizan, se puede decir que tenemos uno de los ecosistemas de manglar mejores conservados del Caribe colombiano”, indicó. 

 

Por su parte, María Ester Prioló Díaz, secretaria de la asociación de mangleros Asomausan, se refirió a la sesión de entrevistas realizadas por los auditores, precisando que: “todas las asociaciones que participan del Programa Vida Manglar estamos trabajando, así que, en el nombre de Jesús, esperamos la próxima verificación de carbono azul, en el municipio de San Antero”. 

 

La agenda de la visita de auditoría continuó el jueves 8 de mayo, con un recorrido por el área de rehabilitación de la zona conocida como Las Mujeres, donde se evidenciaron las labores de limpieza de caños y restauración de manglares. Asimismo, se hizo un sobrevuelo con dron en los salitrales de los sectores de Mestizos y Las Garzas, en San Antero, concluyendo esta actividad con una visita al vivero ubicado en la Estación Cimaci, donde se cultivan plántulas de manglar que son empleadas en los procesos de restauración y educación ambiental. 

 

Justo Morales, representante legal de la Asociación de Mangleros Unidos de San Antero, Asomausan, no pudo evitar sentirse contento tras ver reflejado en el rostro del auditor, la confirmación del excelente trabajo que han realizado en la protección de este ecosistema. 
 

“El auditor se fue muy contento al ver el impacto que nosotros hemos generado con la restauración y los mantenimientos en el ecosistema de manglar. Este no es un trabajo fácil, hemos aprendido de la naturaleza y hemos aprendido a trabajar y a restaurar los caños, removiendo el sedimento y los árboles caídos (…) Esperamos que esto sea algo positivo para el seguimiento de Vida Manglar que es un éxito”, señaló. 

Por otro lado, en el municipio de San Bernardo del Viento, se desarrolló una actividad simultánea que le permitió a los auditores conocer sobre las iniciativas productivas en el área del ecoturismo. Para este caso en particular, la firma internacional se concentró en temas de gran importancia como los procesos de socialización comunitaria y la vinculación de mujeres en las diferentes iniciativas. 

Entretanto, el viernes 9 de mayo, se realizó el último día de auditoría. Esta jornada comprendió la visita a la zona de restauración de La Camaronera en San Bernardo del Viento, allí, algunos mangleros tuvieron la oportunidad de explicar cómo contribuyen al sostenimiento del bosque de manglar con la implementación de novedosas técnicas de siembra y limpieza de caños. 

 

Mientras tanto, en Tinajones, los auditores conocieron sobre el proceso de monitoreo de nutrias y manatíes, en la zona del bajo Sinú cordobés. Además, se hizo la revisión de las imágenes obtenidas por las cámaras trampa que fueron instaladas previamente. 
 

“En el último día de auditoría cumplimos con dos tareas, una fue el monitoreo de manatíes y nutrias, llegamos hasta Tinajones y pasamos por la Boca de Mireya, buscando los puntos de comederos de estas especies y recogimos las cámaras trampa que habíamos puesto. La segunda actividad fue recorrer los sitios de restauración que se vienen trabajando en Tinajones, detrás de las antiguas camaroneras, se hizo una caminata hasta el sitio donde hemos hecho mantenimiento de la mano de las comunidades”, explicó Dalila Caicedo, directora ejecutiva de la Fundación Omacha. 
 

“La expectativa que tenemos ahora es pasar la auditoría, pero más allá de eso, es resaltar la importancia que tienen el Programa Vida Manglar, no solamente por la gestión de los créditos de carbono, sino por el trabajo comunitario e institucional; todos estamos unidos en pro de la conservación del ecosistema, este es un matrimonio de 30 años, llevamos 10, la idea es perdurar a lo largo del tiempo”, agregó. 

Finalmente, los auditores sostuvieron un espacio de diálogo con los representantes de los socios estratégicos del programa, para dar cierre a la intervención en el territorio. 
 

Sobre Vida Manglar 
 

El Programa Vida Manglar es una iniciativa colectiva que busca la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), a través de actividades que permitan la identificación, priorización y ejecución de acciones para la protección y restauración de manglares, la promoción del desarrollo sostenible, el fortalecimiento de la gobernanza local y la promoción de actividades productivas alternativas. 

Bajo esta visión, el programa tiene como objetivo evitar la emisión de aproximadamente 939.296 toneladas de CO2 a la atmósfera durante 30 años. 
 

Aunque el programa cuenta con certificación desde 2015, sus avances deben ser verificados periódicamente, cada cuatro o cinco años, con el fin de asegurar el cumplimiento de los estándares de calidad establecidos por Verra, organismo que otorgó la primera verificación en 2021 para el periodo comprendido entre 2015 y 2018. En esta ocasión, la auditoría se enfocó en el II Reporte de Monitoreo 2019-2023. A continuación, se relacionan algunos de los resultados alcanzados en este último periodo: 
 

En el componente de Clima: 

  • Reducción neta de emisiones de 98.608 tCO2e 
  • Reducción de la pérdida de bosque en 596 hectáreas de manglar 
  • Manejo de 7,561 hectáreas de manglar en el área certificada 
  • 247,2 hectáreas de manglar en restauración 
  • 23,574 metros de caños o arterias rehabilitadas dentro del manglar  

 

En el componente de Comunidad: 

  • Capacitación de 835 personas, 426 de ellas, son mujeres 
  • Generación de 10 empleos 
  • Firma de 60 convenios comunitarios 
  • Mejoramiento de los medios de vida de 571 familias 
  • 32 capacitaciones en el programa de educación y sensibilización ambiental 
  • Implementación de siembras comunitarias y mejora de prácticas agrícolas en ñame, arroz y yuca; en los municipios de San Antero, San Bernardo del Viento y Lorica 
  • Fortalecimiento de las asociaciones Asomiel y Apisanantero en la producción de miel y sus derivados 
  • Las asociaciones ecoturísticas de Caño Grande, Apracag y Covicompagra recibieron un promedio de 406 y 576 turistas respectivamente 

 

En el componente de Biodiversidad: 

  • Recorridos acuáticos para el monitoreo de los parámetros fisicoquímicos del agua 
  • Actualización del Plan de Manejo del Área Protegida 
  • Monitoreos de carbono, y de la estructura del bosque 
  • Monitoreo de especies priorizadas: manatí del Caribe (Trichechus manatus), nutria neotropical (Lontra longicaudis), y caimán aguja (Crocodylus acutus). 

 

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